El cuerpo se enfermó de sensualidad y el alma se enfermó de soberbia”. Padre Alejandro Ortega.
Vicios y Virtudes es el nombre de un libro que en distintos momentos de mi vida, a través de distintas personas y circunstancias, me invitaba la vida a leerlo. Fue en un episodio de uno de mis podcasts favoritos que invitaron al autor del libro, el Padre Alejandro Ortega, claro sin yo saber nada previamente de él o del libro. Por una hora entera escuché hablar del autor y los libros que había escrito; definitivamente creció la curiosidad por leer algo de él en algún momento de mi vida. Tomé unas cuantas notas y lo dejé.
Pasó bastante tiempo a decir verdad y durante una reunión de formación y convivencia del equipo de Católico en Serio, una buena amiga expuso sobre el libro de vicios y virtudes, del P. Alejandro. Era evidente que el Señor me concedió una hora entera para escuchar sobre el autor en el podcast, y ahora me concedía una hora entera para reflexionar sobre el contenido de uno de sus libros en específico. En esta reunión creció aún más mi curiosidad por leer, pues entre escuchar a mis amigos compartir ideas sobre cómo ser más virtuosos, así como pensar en todo aquello que puedo mejorar en mí para ser más servicial y agradable a los ojos de Dios, decidí que ese sería uno de mis próximos libros por leer.
Como si no hubiera sido suficiente, al poco tiempo en uno de mis apostolados me pidieron dar un tema sobre las virtudes. Esta era la tercera llamada para comenzar la lectura. Conocía al autor, sabía un poco sobre el contenido del libro y ahora tenía la excusa perfecta para leerlo.
No quiero perder la oportunidad de compartirte algunas reflexiones sobre este gran libro y por supuesto, motivarte a leer tan pronto como puedas. Te darás cuenta de muchas cosas en las que tienes que trabajar, pero más importante te ayudará a recordar que no hay vicio o defecto que no se pueda vencer si se piden las gracias necesarias para lograrlo.
3 reflexiones sobre vicios y virtudes
- Importancia de conocerte y aceptarte
El que no se conoce, no sabe qué batallas luchar para sí mismo, va por la vida como sin rumbo tomando todo lo que la vida le ofrece, pero realmente sin dirigirse hacia donde él quiere ir. Aquella persona que se conoce pero no se acepta vive siempre en un conflicto interno. Sabe quién es, pero vive desilusionado queriendo ser alguien que no es. Por lo tanto quien se conoce y se acepta, es capaz de superarse, crecer y mejorar.
Este libro te ayudará a conocerte y aceptarte para que puedas tomar las riendas de tu vida y guiarla siempre bajo la brújula de la verdad, el bien y la belleza.
- Por nosotros mismos no podemos nada
Aunque conozcas a la perfección los vicios a los que tiendes en lo personal, aunque conozcas el camino para vencerlos, si no lo dejas todo en manos de Dios, sino te abandonas a su amor y perdón, será imposible recorrer este camino rumbo a la perfección. Si algo te podemos asegurar es que caerás un sin fin de veces. Necesitas aceptar que sólo no puedes y que necesitas la Gracia del Señor para vivir en su camino.
- Todo vicio viene del egoísmo
Es el amor desordenado por uno mismo que termina usando al otro viéndolo como un medio y no como un fin en sí mismo. El egoísmo es la triste herencia del pecado original (vicios y virtudes), echa raíces desde la cuna hasta la tumba. Toda nuestra vida es un batallar con nuestro ego. Por eso podemos decir que todo vicio se desprende del egoísmo, a todo pecado se le puede rastrear el egoísmo que lleva dentro.
Si estabas esperando una señal para comenzar a vencer tus vicios y crecer en santidad, ¡es esta! No esperes más tiempo para combatir aquello que no te hace bien, que no te hace mejor persona y que no te permite ser cada vez más agradable al Señor.