“Un amigo fiel es un refugio seguro, quien lo encuentra ha encontrado un tesoro”. Eclesiástico 6, 14s.
Bro, carnal, cuate, bffa, en fin, sabes a qué nos referimos… aquella familia que uno elige para que lo acompañe durante las etapas de su vida. La amistad es uno de los anhelos más grandes de todo ser humano, aquello que más se procura y que buscamos que nos acompañe en cada momento de nuestras vidas.
Elegir a nuestros amigos es uno de los más grandes retos de la vida, ¿cómo elegirlos? ¿ellos nos eligen? ¿es la bendita casualidad de la vida? y una pregunta práctica: ¿En qué momento comenzamos a llamarlos amigos? Tener amigos no es tan difícil, lo complicado es lograr construir esa relación con una, quizás dos personas con quien puedas compartirlo casi todo, que te puedan conocer, que acepten tus defectos y que te ayuden a superarlos; ese espacio seguro en donde puedas ser vulnerable y puedas encontrar grandes respuestas.
Todos tenemos historias de amistad, unas graciosas, otras que nos generan nostalgia, unas que continúan y otras que ya sólo guardamos como buenos recuerdos. En estas fechas en donde se celebra el amor y la amistad, no queremos dejar pasar la oportunidad para hablar del verdadero amor y la verdadera amistad.
Aunque suene a cliché, queremos recordar aquel pasaje bíblico dedicado al amor porque realmente nos indica un camino para avanzar en el servicio y la entrega:
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
1 Cor 13, 4-7
Este texto bíblico casi siempre se reflexiona a la luz del noviazgo y del matrimonio, pero si tan sólo supiéramos amar a nuestros amigos con este amor, encontraríamos múltiples ocasiones para hacer el bien y vencer nuestros defectos. La familia es la primera escuela para aprender a amar, pero los amigos son el primer examen que tenemos para ponernos a prueba.
Te queremos dar algunos consejos que siempre serán útiles para tus relaciones de amistad:
1. Confía en ellos
Un amigo no siempre estará de acuerdo contigo, escúchalo. Nos hemos acostumbrado a hacer nuestra “santa voluntad” y a ignorar los consejos creyendo que no comprenden nuestra situación. Un buen amigo te conoce a profundidad y cuando te habla, te habla con el corazón, buscando tu bien. Confía en tus amigos porque muchas veces alcanzan a ver algo que tú no ves. Deja que te animen a hacer cosas que por ti mismo no harías, toma sus consejos, escúchalos y deja que caminen contigo.
2. Servir antes que ser servido
¡Practica una y otra vez la virtud del servicio! Qué mejor que estar siempre practicando nuestras virtudes con nuestros amigos. En muchas ocasiones encontramos en nuestro corazón las ganas de querer hacer el bien, bueno: qué mejor que empezar con nuestros amigos. Muchas veces desconocemos las batallas que nuestros amigos enfrentan, sé amable, sé cuidadoso y no desperdicies ninguna oportunidad para hacerlos sentir queridos. Los amigos son la segunda familia que tenemos, asegúrate de estar siempre entregándote a ellos y siendo generoso en los detalles. Recuerda la bella oración de San Francisco de Asís:
Que no busque yo ser consolado sino consolar; que no busque ser amado sino amar; que no busque ser comprendido sino comprender…
3. Busca una verdadera amistad en cristo
El mejor amigo de todos es Nuestro Señor, él nos conoce de pies a cabeza, sabe qué nos conviene, conoce el camino que hemos recorrido y nuestras heridas, sabe de aquello que nos ilusiona y sabe amarnos como nadie nunca lo hará. Cuando Él dijo:
“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.”
Jn 15, 13.
Lo decía en serio, estaba dispuesto a hacerlo y lo hizo. Cuando dijo esas palabras, no las dijo al aire, se las dijo a sus discípulos viéndolos cara a cara. Hoy nos lo dice a ti y a mí. Él quiere una relación contigo, no quiere que seas su seguidor, su siervo, su acompañante, Él quiere que seas su amigo. Los amigos se conocen y caminan juntos, van atesorando recuerdos mientras construyen nuevos. Cada momento es una oportunidad para conocerse y quererse mejor.
¡Estás llamado a tener una relación personal con Dios! Él te conoce, pero quiere conocerte por lo que tú le compartas, Él sabe lo que necesitas, pero quiere escuchar tu historia y tus pesares. Esta es la perfecta oportunidad para que puedas encontrarte con un gran amigo, el amigo que más necesitas y del que más aprenderás en esta vida.
Ten un detalle especial con Nuestro Señor en este 14 de febrero, el Día en que se celebra el Amor y la Amistad, puede llegar a ser un día vacío y materialista, haz que este año sea diferente y que en todo momento, Jesús se sienta amado.