“Rezar mi Rosario es mi más dulce ocupación y una verdadera alegría, porque sé que mientras lo rezo estoy hablando con la más amable y generosa de las madres.”
– San Francisco de Sales.
Es tedioso, es complicado, ¿no te fastidia?, ¿no te harta?, es anticuado… hay muchas personas que aún no logran comprender los regalos que trae consigo el rezo del Santo Rosario. Podríamos enumerar una gran lista con las gracias que el Señor le concede a los devotos de esta noble práctica, pero si me preguntas, encuentro dos grandes tesoros que no pueden pasar por desapercibidos.
El primero es que con el rezo del Santo Rosario, puedes contemplar la vida de Jesús desde la mirada más tierna que jamás ha existido: la de María, su Madre. Ver Su vida y con ello encontrar la fuerza para vivir la tuya es algo que sólo el rosario te permite. Dios se hizo hombre para mostrarnos el camino para una vida plena, una vida en santidad. No perfecta, no sin errores, ni caídas, sino plena. La vida del hombre está envuelta en tragedias, y así estamos llamados a lograr nuestra plenitud. Cuando las cosas se pongan feas, mira a Nuestro Señor en la Cruz, desde la mirada tierna de su Madre, ahí encontrarás todo el consuelo que necesitas.
El segundo es que el rosario te transforma y quizás este sea el poder más grande que ejerza. Es cierto que rezamos para pedir la ayuda de nuestro Señor, y ten la certeza de que Él actúa siempre en favor de los suyos. Sin embargo, en numerosas situaciones, es más conveniente que tú cambies a que las cosas lo hagan. El rosario te transforma, te cambia y te hace más auténtico, más cercano a Dios. Hay que saber pedir, porque no todo lo que queremos es conveniente. Deja que el rosario haga maravillas en ti, deja que la mano del Señor te toque lo más profundo de ti y te de nueva vida.
El Santo Rosario tiene muchas promesas para aquellos que lo rezan, trae paz, recogimiento, serena tu mente, tu alma, tranquiliza tu estado de animo, te da valor, fortaleza, te enseña a ser constante y diligente, es el mejor ejercicio espiritual que puede haber.
Por el testimonio de muchas personas, santos, influencers, sacerdotes, religiosas, deportistas, incluso científicos, y gente del día a día, he podido reconocer el poder del Rosario.
Entre los testimonios de personas que rezan constantemente el Santo Rosario, muchos lo ven en primer lugar como un arma contra el demonio. Una modelo mencionó en un documental que era “el látigo contra el demonio”. Por otro lado, es un refugio seguro para quienes atraviesan por una gran pérdida. Por ejemplo, el testimonio de un catequista que atravesó la pérdida de su hija a causa de una enfermedad, pudo mantener la fortaleza espiritual y recibir esta noticia como un designio del Señor, abrazando la fe y sin peder la esperanza.
Incluso si me pongo a pensar en la maravilla del Rosario es que es una oración que podemos hacer por momentos del día, con música, con libros de apoyo, por medio de un podcasts, en grupo o individual.
El Rosario tiene poder porque el Espíritu Santo es quien guía nuestra oración y es tan poderoso, que incluso el demonio trata de convencerte de no hacerlo, porque él sabe que con esta herramienta tendremos mayor disposición para hacer la voluntad del Padre.
Reza el Rosario y estoy seguro que notarás un cambio en tu vida.
Marcos Ortiz- miembro de Católico en Serio